viernes, 7 de mayo de 2010

Son momentos que terminan en seis..

Ayer era día de calor, un calor subcutaneo. De ese calor que arde por dentro y se enciende cada vez más, hasta no poder controlar.
Una mirada, el tacto en activo, el acorte de distancias cada vez mayor y como algo inevitable, a tan solo dos centímetros nuestras miradas cruzadas pidiendo lo mismo en silencio.
Una vez trás otra los labios juntandose deseosamente, desatando los cabos de la tentación de ambos cuerpos. Las manos deslizandose suavemente por el cuerpo y agarrando fuerte por el desenfreno.
La lujúria nos dominaba, los labios besandose incesantemente, ambos cuerpos sintiendo el calor irrefrenable, las manos perdiendo el control a la vez que se deslizaban bajando sigilosamente.
Cosquillas en su ombligo, la forma en la que se estremecía entre mis brazos, cada beso aumentando la adrenalína; todo ello llevandome a la evasión, más si el mundo se hubiese empezado a destruir durante aquel tiempo no hubiese parado de besar sus labios.
Añadiendo el imprevisto, más ausentandolo porque los cuerpos pedían más y no había forma de parar, el calor, las ganas y la lujúria no permitían que ambos se frenasen. Y no frenaron, mis manos volvieron a su curso, deslizandose una y otra vez por su cuerpo, haciendola estremecer, sintiendo la fuerza de su cuerpo aproximandome al suyo para besarnos con más impetu.
Para entonces ya no había marcha atrás, la fusión del calor de nuestros cuerpos hacía del lugar una habitacíon en pleno infierno. 
Sentir la fuerza de sus manos y sus brazos presionando mi cuerpo contra el suyo, la respiración acelerada en mi oido, los labios sumidos en un éxtasis junto con los mios.. Sentía como mi cuepo dejaba este mundo para adentrarse en otro el cual vagamente recordaba.
No abandoné ese mundo después de arder en deseo, porque el calor de su cuerpo aun abrazandose a mi, reposando su cabeza sobre mi pecho, mientras jugaba con mis manos hacía que no dejara ese mundo que tan solo a su lado existe.
La complicidad de sus miradas, sus sonrrisas, su brazos rodeandome, hacen de ello momentos mágicos, los cuales no se olvidan, permanecen y hacen que tengas una sonrrisa amplia.

Son momentos que terminan en seis..

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