La vida y sus constantes casualidades. Y esque odio las casualidades tales como las de hoy, donde apenas has abierto un ojo para despertarse y todo empieza a desmoronarse.
Palabras necesarias para unas personas, palabras que no quieren decir nada para otras. El decir adios, el decir de nuevo un hola quiero entrar en tu vida.
Y sentarme a pensar cual será la forma acertada de hacer una cosa u otra, no mitiga la impotencia. Porque me siento perdida, sin saber que camino escoger, sabiendo que elija el que elija, habrá por alguna parte sufrimiento.
Y no solo será el sufrimiento de dejar los otros caminos, sino de las personas que quedan en ellos y de el posible arrepentimiento posterior.
Es tal la presión de querer hacerlo todo bien y que todo vaya torciendose poco a poco. De ver como apesar de los esfuerzos realizados no hay una mínima consideración o comprensión.
Y hoy estoy perdida, no se que camino escoger. Quizás por el miedo a equivocarme..
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