Se escudaba en ecos pasados, en dolores mal curados y algunos no olvidados.
El otro cincuenta por ciento se resentía ante tanta numerología. Las barras de las divisiones y las restas eran realmente cortantes. El dolor que escondía era asfixiante y abrumador.
La búsqueda de la suma o multiplicación en su defecto, ocupaba gran parte del tiempo. Más el resultado siempre era desfavorablemente negativo.
Así evolucionaba el común de los días, viviendo en cuestión de porcentajes..
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