Decía una sabía voz, de las que siempre, y digo siempre, estuvo ahí:
- Haz bien y no mires a quién..
Dichas palabras las acaté. Más con el paso del tiempo empiezo a desistir. Por más bien que hagas, no recibirás nada a cambio. Acumularás dolor, rabia..
Un comienzo a un bucle de autodestrucción.
Mientras tú repartes tú bien, tu cariño. Otros solo miran hacia otro lugar..
Adiós, dijo la empatía. Pues pocos la conocen..