Podía hacer boto de silencio, o por el contrario ponía en erupción su dialéctica.
Lo conocía hacia veinticuatro años, rozando torpemente los veinticinco.
Y digo torpemente.
Pues, pasando las páginas de recuerdos agolpadas en mi memoria se desdibujó aquel hombre.
Y me sentí desdichada, por qué hice de cuenta que.. tan solo conocía lo que él quería.
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